jueves, 19 de marzo de 2009

¿QUÉ ESPERAS PARA EMPEZAR?



Es difícil imaginarse a empresas que se preocupen realmente por el impacto que generan en el ambiente.

La percepción del ciudadano es que las empresas van “por lo que van” sin detenerse a pensar que, mas temprano que tarde, todos estaremos sufriendo el impacto de nuestras propias acciones.

Este, lamentablemente, es un tema que se ve “enredado”, complejo.

Me decía hace unos días un amigo mío, Ingeniero Químico:
-“A nuestros nietos y bisnietos les va a tocar un aire mucho más impuro y dañino; sufrirán de falta de agua y la pagarán a un altísimo precio; así como gasolina a 500 pesos el litro…”

Por supuesto que le pregunté que podíamos hacer, esperando una respuesta técnica; y con tristeza, la respuesta fue:
-“Nadie va a hacer nada hasta que esté obligado a hacerlo, cuando ya no haya alternativa.”

Y es que el informe "Cambio Climático y Desarrollo en América Latina y el Caribe", elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indica que “A diferencia del resto de los países latinoamericanos, México es demasiado dependiente de los combustibles fósiles.

“Tan sólo para contribuir en la mitigación de emisiones contaminantes a la atmósfera, México tendrá que invertir al menos 3 mil 950 millones de dólares adicionales en los sectores de construcción, industria y transporte”.
Y ¿Cuándo será?

Pero esa también es una condición humana.
Los políticos no se desgastan, ni arriesgan su capital político en prevenir; en hacer proyectos que se vean sólo en el futuro, porque no les reditúa.

Y también la sociedad juega un papel crítico. Siempre reclama: ¿Por qué invierten en eso ahora, si lo que nos urge que resuelvan es esto otro?

Tal vez porque no tenemos clara la perspectiva del ejecutivo en turno, o no han sido suficientemente compartidos con los ciudadanos los alcances del proyecto.

Un ejemplo, que puede no sea tan significativo para todos es el que sucedió en la década de los 50´s cuando, el entonces presidente Miguel Alemán Valdés, inauguró el enorme monstruo llamado: Aeropuerto de la ciudad de México.

Existió muchísima gente que, ahora comprendemos sin visión, criticaban y decían que ese Aeropuerto, ese “Elefante Blanco”, estaba sobrado para México y que no tenía sentido lo que estaba haciéndose. ¡Que nunca se saturaría!

Te queda claro que se equivocaron los que pensaban así.

Si has viajado en avión en los últimos meses, aún después de la mal llamada “ampliación del aeropuerto”, te darás cuenta que los vuelos se retrasan regularmente – con esto quiero decir, varias veces al día- porque la ampliación se hizo sólo al edificio Terminal (que equivale ampliar el comedor de un restaurante) y no el número de pistas (que equivale a la cocina).

Pero sucede con uno mismo: ¿Hasta cuándo vamos a un doctor?.... ¡Correcto! Cuando ya estamos enfermos.

Y existen mil razones, algunas entendibles, pero no justificables, para decir que no podemos, al menos una vez al año, hacernos un examen básico de sangre que nos referencia como andan los “indicadores” de nuestro organismo.

Por ello, la conclusión del futuro en cuanto a precios de los combustibles, agua, alimentos, energía… y hasta los tanques de oxígeno que necesitaremos para respirar mejor, se ve cada día crítico y puede ser más real.

Tú ¿Que estás esperando para hacer tu parte?

1.- ¿Qué el gobierno lo resuelva?
¿Qué el gobierno o los diputados presenten una iniciativa para castigar el desperdicio de los elementos de la naturaleza y la contaminación?
¡Eso ya existe y, sin embargo, aún no hay grandes y sustanciales resultados!

2.- ¿No sabes que hacer?
Pues navega en Internet y, con un buscador, encuentra todas las sugerencias que existen, desde el ámbito estrictamente personal, hasta en el familiar, en la colonia, en su empresa o en su ciudad,… en donde tú puedes ser un protagonista.

Visita en este blog o busca en Internet:
- ¿Es inconveniente la Verdad?
- El Lado verde de las empresas.
Ambas seguidas por apellido perdomo; O busca
“¿Cómo cuidar el ambiente?” O “Tips para cuidar el ambiente”.

Para muestra, un botón de un ejercicio innovador:
Una compañía que vende bebidas incluye, dentro de su etiqueta, una estampilla de correos - es decir el llamado “porte pagado”- para que el consumidor envíe SIN COSTO su botella reciclable.

Empieza hoy.
Empieza aunque sea con algo pequeño para que vayas creando el hábito del respeto ecológico y del ahorro… y compártelo con tu familia.

Otro ejemplo es que, un minuto que reduzcas a tu baño diario, te ahorra 500 litros de agua al mes. ¡Imagínate 100 millones de mexicanos!

Los riesgos y costos de calidad de vida que podamos reducir, nuestros nietos y bisnietos lo agradecerán y no nos calificarán como egoístas e irresponsables.
¡Apenas hay tiempo!

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