EL PROYECTO ECONÓMICO 2010 (III)

Finalmente llegamos al último espacio de análisis previo a la decisión que tomarán los legisladores el 20 y 30 de octubre en las Cámaras de Diputados y Senadores, respectivamente.

De acuerdo al Presupuesto de gastos fiscales 2009 presentado por la SHCP, en junio pasado, se evidencia una muy clara falta de política recaudatoria de los ingresos tributarios del gobierno federal. Así, el Presupuesto de Gastos Fiscales comprende los montos que deja de recaudar el Erario Federal por conceptos de tasas diferenciadas en los distintos impuestos, exenciones, subsidios, créditos fiscales, condonaciones, facilidades, estímulos, deducciones autorizadas, tratamientos y regímenes especiales establecidos en las distintas leyes que en materia tributaria se aplican.

Como resultado de ello y de acuerdo a las proyecciones para 2010 de la propia Secretaría, el Presupuesto de Gastos Fiscales estaría teniendo un crecimiento por tales conceptos de 37 mil 619 millones de pesos, casi un 9% de incremento de las estimaciones del cierre de 2009 consideradas en 464 mil millones, por lo que el próximo año se alcanzaría una cifra del orden de medio billón de pesos, quinientos mil millones.
Tal aumento refleja claramente los resultados perniciosos del todo el andamiaje fiscal que está vigente y que pareciera se mantendría intocado.

Como simple referencia de sus consecuencias perversas baste saber que los llamados Gastos Fiscales en materia del ISR pasarían de 203 mil millones en 2009 a 213 mil millones en 2010, siendo el sector empresarial del orden de 155 mil millones para el próximo año, resultado en mucho del sistema de consolidación de pérdidas y ganancias ampliado a partir del año 2000 y que aplican los grandes corporativos. Sorprendente es el hecho de que sólo el IETU alcanzaría una cifra de 82 mil millones como Gasto Fiscal.

Han dicho los funcionarios federales que no se afectarían los programas, sociales, así como los relacionados directamente con la salud y la educación. Al final han tenido que reconocer que se serían afectados. Sólo a la educación superior se le reducirían sus asignaciones en el orden de 5 mil millones.

Es posible recaudar más y mejor, quitando privilegios y cancelando componendas con los poderes fácticos. La propuesta fiscal no va al centro del problema recaudatorio del país. Es un hecho que se mantiene la consolidación fiscal de pérdidas y ganancias del cien por ciento, medida aplicada a partir del 2001, durante el gobierno panista anterior.

La consolidación fiscal permite que alrededor de 450 grandes empresas paguen tasas efectivas menores al cuatro por ciento. Como un ejemplo, podemos señalar que por la consolidación fiscal grandes consorcios comerciales y nacionales pagan, solamente, entre el 1.8 y 3.9 por ciento de Impuesto sobre la Renta.

Las verdades a medias asumidas por la reforma fiscal son claramente adversas para la población de menos ingresos y para las clases medias del país, son totalmente ventajosas para los grandes evasores y elusores fiscales.

La propuesta fiscal niega lo evidente, se cierra ante lo más elemental de las ideas económicas, alienta la inflación por costos y su efecto negativo sobre los ingresos de los asalariados y no asalariados, empobrece al pueblo de México.
Además, es totalmente insuficiente para atender los compromisos de gasto y deuda pública que ya tocan la puerta del país.



Según Francisco Fernández Castillo, MBA por el IESE de Barcelona y Directivo del instituto Mexicano de competitividad (IMCO): Las crisis son el perfecto caldo de cultivo sobre el que anunciar fuertes medidas por parte del Gobierno sin esperar una tormenta de improperios, críticas y… dimisiones políticas. El paquete fiscal estaba cantado... no sólo gravará más a los que ya pagan, sino que incorporará medidas tendentes a aumentar la base de contribuyentes, una de las más bajas del mundo.

PROPUESTAS:El tema esencial hoy es el de la recuperación del crecimiento económico, el empleo y el combate a la pobreza y a sus causas.

Por ejemplo: La ciudadanía dice No de manera rotunda al IVA en alimentos y medicinas. Dice No al alza en tarifas eléctricas, gasolinas, diesel, gas y servicios públicos. Hay que gravar la especulación y financiar la planta productiva y el empleo.
El gobierno federal debe regresar a las estructuras de personal que tenía hace 9 años. Las delegaciones federales deben desaparecer, no sólo por el desperdicio de recursos que implican, sino también por que constituyen un estado en el ámbito de otro estado, cuyas autoridades han sido electas democráticamente, violentan el pacto federal.

Por ello es tiempo de que entremos de lleno a debatir seria y responsablemente la propuesta fiscal, el PEF y las correlativas políticas económicas que implican. Que se confronten todas las propuestas y todas las visiones, pero también se rompan los tabúes, como el de los regímenes fiscales de excepción que existen para la banca, las operaciones en bolsa de valores, el gravamen de los dividendos y las consolidaciones fiscales que benefician a las grandes empresas oligopólicas.

Debemos promover una reforma hacendaría que permita:
 Estimular fiscalmente a quienes inviertan y generen empleo;
 Estimular fiscalmente a las mipymes, para su creación, crecimiento e incorporación a procesos productivos relacionados con compras de gobierno y a la exportación;
 Simplificar el pago de impuestos;
 Mejorar los sistemas que combatan la elusión, evasión fiscal y acabar con los regimenes fiscales especiales;
 Que el SAT rinda cuentas;
 Ampliar la base de contribuyentes locales;
 Incorporar a los llamados “sectores informales” a la vida tributaria de manera responsable y sin privilegios; y
 Dar mayores atribuciones a los estados y municipios en materia impositiva e incentivémoslos para que aumenten la recaudación predial.

Más de 50 millones de mexicanos en situación de pobreza están esperando que legisladores y Gobierno, se pongan a trabajar; ¡Un millón 800 mil de nuevos desempleados desde que comenzó el actual gobierno federal!

Pero también es tiempo que la Sociedad Civil trabajemos responsablemente por México y seamos congruentes con nosotros mismos.

Pensemos por el futuro de México y de las próximas generaciones, para que mañana digamos que estuvimos a la altura de lo que la nación nos demandó. El cambio del país en una oportunidad, hagámoslo realidad.