No cabe duda que la Globalización llegó para quedarse.
Difícilmente los países podrán cerrar sus fronteras ante el gran impacto que trae consigo la globalización, ya que las formas de ésta, inciden en todos los ámbitos de la vida: Social, política y Económica.
Pero también por todos los medios.
La tecnología crea caminos virtuales que se transforman en reales, por ejemplo, con el Internet. ¿Qué no podemos hacer a través de una pequeña computadora? ¡Llegamos a todos los rincones!¡Hacemos todo tipo de operaciones financieras, de investigación, educativas,… y nos informamos en instantes lo que sucede en todo el orbe!
Más todo lo fascinante que puede ser este proceso de globalidad y todos los potenciales beneficios, se ven ensombrecidos por la actitud de algunos grandes capitales que no respetan reglas ni valores. ¡Estamos en la selva salvaje!
Sólo baste considerar la crisis mundial de este 2009, que es producto de prácticas irregulares en el más importante de nuestros socios comerciales. Lo que impactó en amplios sectores, destruyendo empleos y empresas; ahorros, actividades productivas, etc…
Observemos, particularmente, que los 43 tratados de Libre Comercio que México tiene, han sido parcialmente benéficos, pero varias veces nuestros socios, concientes de su fortaleza económica, han abusado de su poderío y nos han vuelto rehenes de sus decisiones.
“Que no entra este producto mexicano, porque tiene la enfermedad de la no se qué…”. “Que eso no dicen las reglas”. “Que vamos a investigar un dumping”. “Que los mexicanos no tienen la calidad…”
¡Vaya! Nos llevan de argumento en argumento para evitar una competencia justa y equitativa, al menos en las oportunidades.
Y terminamos recibiendo productos de baja calidad y obsoleta tecnología, y hasta basura- en el más amplio sentido - que contamina nuestro entorno.
¿Cuál es el reto?
El reto es encontrar las oportunidades de nuestro desarrollo y sumar esfuerzos con gente con valores y que realicen negocios con seriedad y responsabilidad.
Buscando oportunidades para Veracruz, hace ya algunos años conocí a la naciente organización llamada Chamber of the Americas y a su Presidente Gil Cisneros. Desde esa ocasión hemos impulsado juntos proyectos de manera conjunta que han apoyado a empresas, instituciones y personas a lograr sus objetivos.
La Cámara de las Américas, con sede en Denver, Colorado (Chamber of the Americas COTA www.chamberoftheamericas.com ) es una organización sin fines de lucro con un sencillo y profundo objetivo: Ayudarnos a aprovechar al máximo las oportunidades en todo el Continente.
Fundamentalmente tiene la misión de facilitar el comercio y el entendimiento entre las empresas, pero también de los gobiernos del Hemisferio Occidental, en todos sus órdenes: Municipal, Estatal y Federal.
Por supuesto la COTA no descuida la educación ni la formación de los jóvenes. De manera periódica ofrece a sus miembros, en alianza con Universidades del Continente, Charlas con actores protagonistas del mundo Político y Económico, lo cual impacta en los próximos líderes de nuestro hemisferio
Para lograr sus objetivos, COTA, a través de misiones comerciales, talleres e otras iniciativas, facilita los contactos de negocios, promueve la creación de redes internacionales y alienta la comprensión cultural.
Para ello conecta a los empresarios, Universidades, gobiernos y empresas que impulsan las actuales y nuevas oportunidades transfronterizas.
En algunos años, muchos empresarios se preguntarán: ¿Cómo es que algunas empresas pudieron aprovechar las oportunidades en las Américas de forma rápida y sencilla? ¿Seremos de esos empresarios?
La respuesta es sí, si tenemos la visión de convertirnos en protagonistas de estas oportunidades.
Este Noviembre de 2009, COTA realiza una misión de intercambio social y comercial a nuestro país. Distinguidos funcionarios de gobiernos municipales, estatales y federales, así como Legisladores, acompañarán a los empresarios de México y Estados Unidos en su recorrido por las oportunidades de nuestros países.
Sin duda, esta es una forma de servir de puente para brindar la energía que requieren nuestras economías para emprender el vuelo lo más pronto posible.
¡Lo necesitamos!
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