sábado, 8 de diciembre de 2007

LA AGROINDUSTRIA DE LA CAÑA DE AZÚCAR EN MÉXICO

La Agroindustria de la Caña de Azúcar, está viviendo una de las pruebas más difíciles, situación que la pone al borde una crisis más profunda.

Ya son varios años de historias que se repiten, pero muchos piensan que no pasa nada, porque lo han escuchado muchas veces, pero baste ver que entre el 15 y el 20% de la industria ya está en manos de extranjeros, nos debe poner a pensar, cuando vemos como les fue a las industrias del acero, la petroquimica,…

A más de ser una de las más antiguas de América y, por ende, de México, esta agroindustria tiene impacto directo en millones de mexicanos. Los datos aproximados son:
*) 160,000 productores,
*) 23,000 obreros,
*) 176,000 cortadores,
*) 28,000 transportistas y,
*) 16,000 empleados,
lo que representa mas de 400,000 familias que, de manera DIRECTA, operan, trabajan y desarrollan este sector que tiene un peso del 0.5% del PIB nacional.

Es natural que, siendo una industria que produce una materia que sirve de base para el desarrollo de otros alimentos, dulces, golosinas y más productos, además de sus mieles, alcoholes,… existan muchos miles de familias más que viven de la industria de manera indirecta.

En México contamos con 58 Ingenios azucareros, de más de 60 hace apenas unos años. De esos 58, en el Estado de Veracruz se encuentran 22, en el estado de Jalisco 6, y 4 en Oaxaca. El resto en otras entidades, ya que el azúcar se produce en 15 estados del país.

De estos ingenios, el gobierno del Presidente Fox expropió 28 por razones de deudas y fallas de operación, para lo cual creó un Fideicomiso que se denomina FEESA y que, actualmente opera sólo 11 ingenios. Según la prensa (REFORMA), estos ingenios podrían regresar también al grupo CAZE.

La productividad del campo, en Toneladas de caña por hectárea es, aproximadamente, de 70 y se cuenta en total con un promedio de 600,000 Hectáreas, por lo que tenemos alrededor de 42´000,000 de toneladas de caña cada año, con lo que se pueden producir entre 5.5 y 5.8 millones de toneladas de azúcar, dependiendo del rendimiento de sacarosa por tonelada de caña.

Los mexicanos consumimos alrededor de 4.9 a 5.0 millones de toneladas por año, y la diferencia de casi 1´000,000 de toneladas (entre 500 mil y un millón) debería de poder exportarse libremente a los Estados Unidos de Norteamérica, ya que así se estableció en el TLCAN, además de que nuestro país vecino tiene un déficit de aproximadamente 3 millones de toneladas de azúcar, al año.
Buena parte de ellos lo suple con importaciones de otros países, pero ¿Y México?

Lamentablemente nuestro socios comerciales más importantes quieren restarle a ese millón de toneladas de superávit, 700 mil toneladas de fructuosa que se introduce de su país o se produce en México, para sólo dejarnos la oportunidad de exportar 300 mil que, por cierto, tampoco hemos podido exportar anualmente por barreras no arancelarias de los norteamericanos.

Cada año, después de Octubre, empieza un via crucis para toda la comunidad azucarera del país. Entiéndase: Cañeros, Obreros, Empleados, Industriales y comerciantes del dulce, debido al tiempo y procedimiento para fijar el precio de la tonelada de caña.
Este costo, generalmente ronda por el 55% del precio del azúcar, pero hay años, como el 2008, que puede rebasar el 60 o hasta el 70% del precio del azúcar en el mercado, generando una crisis en la cadena de valor.

Pero, ¿Qué provoca la crisis recurrente en la industria azucarera?
Hay varios factores, unos tienen un peso mayor que otros, pero en diferentes circunstancias pueden variar en el valor de su influencia. Podemos mencionar:

1. La relación entre productores e industriales, fundamentalmente en el momento de definir el precio de la tonelada de caña, y los industriales con obreros a la hora de la revisión de los contratos de trabajo. Se debe atender esta relación pues la rutina les, lleva a las tres partes, a olvidarse que forman eslabones de una cadena de valor. Hace falta mejorar esa relación.

2. La fluctuación del precio del azúcar en el mercado interno ha sido causa fundamental del retraso en la agroindustria azucarera. Parte de la problemática es estructural, pues sólo se produce durante 6 meses y se comercializa todo el año, lo que genera un comportamiento ligado a la oferta y la demanda, pero también, como se verá posteriormente, es afectado por otras muy variadas razones.


3. La expropiación de los Ingenios por parte del Gobierno federal benefició, temporalmente, al sector, pues los precios de venta tuvieron una mejoría con respecto a su nivel que estaba muy bajo, y dio un respiro sin que esto significara una solución ni siquiera de mediano plazo.

4. El incumplimiento del TLCAN ha sido un factor que ha perjudicado al precio del azúcar pues el producto que debería exportarse, permanece en el mercado interno a precios más bajos. A esto habría que añadirle,


5. La introducción de Alta Fructuosa subsidiada, a precios muy bajos que compite, en el mercado refresquero, importante cliente de la industria.

6. El Contrabando de azúcar excedente, de precio muy bajo, ha sido un dolor de cabeza para Hacienda- que no lo ha podido resolver- pues arriba el dulce de manera subrepticia o con permisos temporales de IMPORTACIÓN-EXPORTACIÓN, sin embargo, ya no sale del país.


7. La Corrupción de algunos funcionarios del gobierno ligada a la desinformación de los funcionarios, en la forma de operar de la industria, ha generado quebrantos, al permitir cupos innecesarios de azúcar, en momentos que hay suficiente azúcar en inventario.

8. La carencia de vocación azucarera de algunos empresarios de otras ramas, que son consumidores de su propio producto, provocan desajustes en los precios del mercado interno.


9. La falta de modernización de las plantas y procesos, derivada de muchas de las anteriores problemáticas, hace que la industria deje de ser sustentable y competitiva.

Estas son algunas de las problemáticas del sector azucarero que, ligado a factores circunstanciales, provocan que la agroindustria, gran generadora de empleos y desarrollo regional, se vea amenazada en su subsistencia.

Para resolverlo, está claro, además de unidad y visión conjunta de los actores, llámense Productores, obreros o empresarios, hace falta una verdadera política industrial para el sector y, eso, parece que no le importa a los encargados de esta decisión pues siguen pensando que todo debe caber en el esquema de un libre mercado, donde el poderoso acabe con el débil, aunque lo necesitemos por su actividad o, simplemente, por olvidar la justicia social.

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