martes, 13 de noviembre de 2007

CAPACIDADES DIFERENTES ¡NO!

CAPACIDADES DIFERENTES ¡NO!
A Juan Armando Ruiz Hernández.

Hace unos pocos años los ciudadanos comenzamos a escuchar, tanto a políticos como periodistas y, posteriormente a organizaciones y ciudadanos, la expresión capacidades diferentes al querer referirse a personas con discapacidad.

Juan Armando Ruiz Hernández, exitoso deportista de Ski Alpino, a nivel internacional y reconocido como un ejemplo a seguir en wordpress.com, con discapacidad motriz debido a un accidente a la edad de 16 años que lo transformó en una persona con discapacidad motriz, reclama y exige:

“El uso del término capacidades diferentes es indebido… en primer lugar, porque hasta la fecha la expresión no se encuentra, ni definida, ni conceptualizada por ningún ordenamiento legal, salvo por ocurrencias…”

Ocurrencias, según el propio Juan Armando, Vicepresidente Nacional para la integración de personas con discapacidad de Convergencia, que pretenden aminorar la expresión correcta: Persona con discapacidad pero, la ley que da marco y reglamenta es, precisamente, la Ley general de las personas con discapacidad.

Omar Osorio, veracruzano triunfador y nadador paralímpico con varias medallas internacionales, me ha dicho que el concepto de capacidades diferentes no abona, en nada, a la causa de su esfuerzo de hacer un llamado de atención a los ciudadanos, políticos y a la opinión pública, para ser solidarios con este grupo vulnerable de la sociedad.

Luis Alfonso Castillo, Licenciado en Derecho, asesor legislativo en la Cámara de Diputados a nivel Federal y que es ciego, me dice que a las cosas hay que llamarlas por su nombre para que sean muestra de la realidad.

“Yo soy ciego, no invidente”, me dice.

Si vidente se interpreta, comúnmente, como aquel que puede ver el futuro, ser invidente es lo contrario, por lo tanto no refleja lo que es ser ciego. Ciego es el que no ve, físicamente hablando.

Regresando a Juan Armando, nos hace esta reflexión:

“La expresión capacidades diferentes es un término impreciso, pues se puede interpretar casi cualquier cosa y no precisamente un individuo que tiene una deficiencia física, intelectual o sensorial”.

Y continúa:

“Al usar capacidades diferentes podríamos incluir a un sinnúmero de personas, tanto comunes como destacadas, pues todos tenemos capacidades diferentes y somos mas o menos capaces para hacer ciertas cosas, lo que de ninguna manera nos hace ser personas con discapacidad”.

Todos coinciden en que tampoco son correctas las expresiones: Minusválido, que significa que vale menos o, inválido, que sería sin valor.

Si, es cierto que son términos que se utilizaron regularmente. Pero se ha logrado un término que, para quienes enfrentan esa realidad, es la manera adecuada de llamarlos: Personas con discapacidad.

En Conclusión, todas las organizaciones e instituciones mundiales reconocidas, destacando la ONU, que decidió adoptar dicho término y utilizarlo en todos los instrumentos internacionales que suscribe, se refieren a este grupo vulnerable como Personas con discapacidad y, utilizar otro término, no sólo no especifica la discapacidad, sino que confunde mucho más.

Así también se menciona a las Personas con Discapacidad en las diferentes leyes federales como: La Ley general de asentamientos humanos, la Ley general de Obras públicas, la Ley federal de protección al consumidor, la Ley Aduanera, la Ley de la cultura Física y el Deporte, etc…

Incluso, nos dice Juan Armando, en la “Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad” que originalmente fue propuesta por nuestro país y aprobada por la mayoría de las naciones pertenecientes a la ONU, se habla de Personas con Discapacidad y no de Capacidades diferentes.

Y, a pesar de esa discapacidad, como ya lo he hecho en ocasiones anteriores, reconozco el esfuerzo de gente como Juan Armando, Omar, Luis Alfonso,… y miles y miles más, que nos llaman la atención para que comprendamos la situación de sus retos y logremos para ellos las adecuaciones de Infraestructura, transporte así como empleo, educación y salud.

No cabe duda que, por otro lado, ellos nos muestran su fortaleza espiritual para enfrentar su discapacidad y nos marcan sus éxitos: Deportivos, sociales, artísticos, empresariales, del servicio público,… que otros mexicanos, sin discapacidad, no hemos logrado.